Para tratar de aclarar aspectos necesarios para la humanidad basta mirar detenidamente una bolsa de cartón arrugada con todas sus sombras. No somos responsables del camino del arte, sino que abusamos con placer los recorridos sentimentales vergonzosos para nosotros, movidos hasta la conmoción y vueltos al pavor, siempre propios y desterrados de la espontaneidad, sin negación; y si la hay, debe ser lo suficientemente categórica como para no rebatirla.
En lenguajes cotidianos y únicos yo puedo llamarlo Usted, Ana o Esquirla. El progreso de ERROR camina por la conversación y motivación minima (o máxima) de cada uno de los individuos y satélites que componen esto, sin detenerse demasiado en categorías y porqués. Como resultado obtenemos opciones personales que pueden ser sometidas a disímiles formas para forasteros, y llegando sin duda a moldes satisfactorios para nosotros: lo cual ya está bastante bien.